jueves, 22 de noviembre de 2018

Pérdidas y daños en Aria durante la guerra de la Convención


Hola, hoy te traigo información de cómo quedó el pueblo de Aria, en el Valle de Aezkoa, tras la guerra de la convención. 

Los textos que aquí se reflejan fueron extraídos del fantástico libro de nuestro vecino Mikel Iriarte titulado “Consecuencias de la Guerra de la Convención en el Valle de Aezkoa, 1793-1795”, si estás interesado en hacerte con un ejemplar de este libro y tienes algún problema para hacerlo no dudes en contactar con nosotros.
Los datos que presenta Mikel se extraen del Archivo General de Navarra. Reino, Guerra, Leg 16 N63. 

Para la ocasión he corregido varias palabras que si nos ceñimos a como vienen escritas en el documento se considerarían hoy faltas graves de ortografía.

Foto propia. Un balcón del pueblo de Aria, en el Valle de Aezkoa
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“Razón de los perjuicios que ha experimentado este lugar de Aria en todo el tiempo de guerra con los franceses, señaladamente hasta el día dos de Mayo inclusive del presente año de 1795. Es en la forma siguiente y según orden de las casas.

1.- Jamar. Andrés Iturralde su dueño. La borda de esta casa fue reducida a cenizas. Llevaron de ella y de sus inmediaciones: Tres bueyes y siete vacas, con diez ovejas y una cabra, sesenta robos de trigo, ciento cincuenta de avena, seis de beza. De ropa blanca treinta goadinos, quince sábanas, treinta camisas, cuatro almohadas, cincuenta varas de paño del país. Quinientos reales en dinero y a más vestido externo de un estudiante que hubo en la casa, con duplicados calzones, chupa, ropón de paño de Zaragoza, mantas y sotana.

2.- Irigoyen. Su dueño Martín de Irigoyen. Esta casa reducida a cenizas con su granero destruido. Con pérdida de cuatro cabezas de ganado vacuno, con cinco de ganado prieto, de cerda, ocho ovejas y dos cabras. En grano, veinte robos de trigo, ochenta de avena, veinte de arveja, doce de beza. En ropa treinta varas de lienzo y quince de paño del país.

3.- Iturralde. Su dueño Pedro de Iturralde. La borda reducida a cenizas con pérdida de nueve cabezas de ganado vacuno, tres caballerías, siete de ganado prieto o de cerda, con dos cabras. En grano sesenta robos de trigo, de avena sesenta robos, de arveja nueve. En ropa setenta y dos varas de lienzo y ochenta de paño del país.

Granero de tipo hórreo en el pueblo de Aria, foto de Ernesto López. En su canal de Youtube puedes ver más preciosas imágenes de este pueblo, ¿te apetece un garbeo virtual?

4.- Recalde. Su dueño Angel Martiribar. Casa y borda aisladas y reducidas a ceniza, con pérdida de dos cabezas de ganado vacuno, ocho de ganado prieto, siete ovejas con una cabra. En ropa cuatro guavetes, cuatro sábanas y ocho camisas. En grano seis robos de trigo, sesenta de avena. En ropa cinco varas de paño del país.

5.- La Abadía, con su granero de Diezmo y Primicia. Don Antonio Mayora, su poseedor actual. Reducción a polvo. Con pérdida de la mayor parte de sus efectos o muebles, con que tenía adornada y avalada la casa según que corresponde a la denuncia de un Párroco, con la de un caballo. Reloj de campana y otro de faldriquera. Con la de ocho reses, cinco de ganado prieto. Algunas cargas de vino, algunas arrobas de aceite, suyas y de la iglesia. Algunas también de tocino. Mesas, arcas grandes y chicas, estantes, roperos, sillas, respaldos, aparadores, expederas, vajillas, vasos de diversos géneros, tinajas suyas y de la iglesia.

Y ahora que con la falta se conoce mejor la pérdida y queda más arraigada en la memoria, recuerda la pérdida de veintiún colchones grandes de lana fina, cinco de menores con sus respectivas colchillas, fundas, travesaños, cogines, almohadas y ropa blanca correspondiente, con sus sobrecamas y mantas. Item todo en grano se ha perdido, de trigo cuanto menos de doscientos cincuenta, a sesenta robos de trigo del diezmo, de cerca de doscientos de comunia, de otro tanto de avena, de sesenta a setenta de beza, de doce a catorce de arveja y de seis a ocho de cebada y giron.

De la primicia faltarían, como unos cincuenta a sesenta robos de trigo, de cuarenta a cincuenta de comuna, otro tanto de avena, de quince a veinte de beza, de tres a cuatro de arveja, como dos de girón y cebada.

Paseando por el pueblo de Aria descubrimos que dos años después de redactar este texto, la casa Abadía pudo ser arreglada por el señor Mayora. Esta piedra, hoy reutilizada a la entrada del cementerio anexo a la Iglesia de San Andrés nos cuenta la historia. 

De ornamenos de la iglesia, después, que se sacaron al monte, los demás se han perdido. Dos casullas de Damaso fino, la una nueva y la otro usada de color carmelí con sus galones la una de oro y la otra de seda, con un puntal del mismo color y galón de oro, con otro de diversos colores, todavía muy buenos. Las imágenes de Cristo crucificado también hecho añicos, pues las cruces, evo capto uñitas tran o vuelto, reducido a estillas. La mayor parte del coro está desmoronada y reducida a astillas, los cristales de las ventanas de la iglesia rotos, las campanas chiquitas de la torres y de la ermita de San Miguel faltan. La puerta de la Sacristía, la de las crismeras hicieron pedazos, las lámparas las habrían llevado, las imágenes de los Santos del altar mayor, averiguado hay alguna falta de ellos. Quedan enteros, contando en el púlpito y el que está forrado de la sacristía con su estante en un armario, quedan tan nuevos como antes.


6.- La casa Loperena. Su dueño Juan Martín. Tiene la pérdida de siete cabezas de ganado vacuno, tres de prieto o cerda, de ocho ovejas y una cabra. En grano cincuenta robos de trigo, ochenta de avena, de arveja nueve. En ropa seis almohadas, tres guavetes, cuatro sábanas, ocho camisas nuevas todas y cuatro varas de paño del país.


7.- Echeverri. Martín Arraso su dueño. La borda quemada, con pérdida de siete cabezas de cerda, de siete ovejas y dos cabras. En trigo sesenta robos, en avena cien robos, dieciséis de arveja, once de giron. En ropas cinco almohadas, cuatro guavetes, cuatro sábanas, seis varas de lienzo, trece varas de paño del país.

8.- Jusua. Su dueño Francis de Apat, fue derribado de un tiro el día del ataque, 16 de Octubre de 1794. La mujer de este murió de pesadumbre en breve, quedaron cinco hijos que han perdido siete cabezas de ganado vacuno y una caballería de carga o baste, ocho cabezas de ganado prieto, tres ovejas con dos cabras. En grano cuarenta robos de trigo, setenta robos de avena, siete de arveja y cincuenta y seis varas de paños del país.





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