
Antes que los cruceros, los romanos ponían efigies bicéfalas en los accesos a los poblados y en las encrucijadas de los caminos honrando al dios Jano. Con la cristanización la imágen de la cruz sustituyó a los árboles de piedra como lugares de cobijo. Todo caminante debía arrodillarse antes de entrar en la población, como signo de que no eran “agotes, moros, ni judíos”.
Como símbolo de protección se colocaban tanto en encrucijadas como a las entradas de los pueblos, en Abaurrea Alta se sabe de tres cruces a cada entrada del pueblo pero a día de hoy sólo se conserva una de piedra, desgastada, a la entrada del pueblo desde Jaurrieta, por el valle de Salazar, data del siglo XVI y fué restaurada hace poco.
¿Quieres saber un detalle de este crucero que pasa desapercibido?
No hay comentarios:
Publicar un comentario